Cada vez que termino un año me pasa como cuando termino un libro; tengo una dualidad de sentimientos encontrados. Por un lado me entusiasma el final y por el otro me da pena que termine, sobre todo cuando fue bueno.

Empiezo el año con ilusión y entusiasmo, generalmente mirando al cielo, como casi todos, observando hipnotizada el destello de fuegos que generosamente tiran los otros para que los demás disfrutemos.

Ése  es el momento de los deseos. De esos deseos profundos que afloran con la intensidad que sólo el año nuevo nos puede brindar. Pero debo reconocer que con los años, esos deseos cambiaron de ánimo. La intensidad es la misma, pero la lista no es de las cosas que quiero en la vida, sino de las que no quiero más . Esta elección es mucha más  dificil y a la vez, profunda y genuina pero les puedo asegurar que trae muchas más satisfacciones. Esta bueno. Prueben y después me cuentan.

Salud por un nuevo año y que se les cumpla todo lo que desean, pero sobre todo lo que no desean!!!


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